Cuentos Largos

Rosita se fuga de la escuela

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Capítulo 1: Rosita se despierta.

Rosita era una niña de siete años que vivía con sus padres y su hermano mayor en una pequeña casa cerca del bosque. A Rosita le gustaba jugar con sus muñecas, leer cuentos de hadas y dibujar animales. Pero lo que no le gustaba era ir a la escuela.

Cada mañana, cuando sonaba el despertador, Rosita se tapaba la cabeza con la almohada y fingía estar dormida. Su madre tenía que entrar en su habitación y sacudirla para que se levantara.

¡Rosita, es hora de ir a la escuela! – decía su madre con voz firme.

No quiero ir a la escuela – murmuraba Rosita entre bostezos.

¿Por qué no? – preguntaba su madre con curiosidad.

Porque es aburrida – respondía Rosita con desgana.

La escuela no es aburrida, Rosita. Allí puedes aprender muchas cosas interesantes, hacer amigos y divertirte – le explicaba su madre con paciencia.

No me interesa nada de eso – replicaba Rosita con terquedad.

Y así seguían discutiendo hasta que Rosita se vestía y bajaba al comedor a desayunar. Su padre y su hermano ya estaban listos para salir.

Capítulo 2: Rosita llega a la escuela.

Rosita iba caminando a la escuela con su mochila rosa colgada del hombro. No le hacía caso a los pájaros que cantaban ni a las flores que adornaban el camino. Solo pensaba en lo mucho que odiaba la escuela y en cómo escaparse de ella.

Al llegar al portón de la escuela, vio a sus compañeros de clase corriendo y jugando en el patio. Algunos le saludaron con una sonrisa, pero ella los ignoró. Entró al salón de clases y se sentó en el último pupitre junto a la ventana. Desde allí podía ver el bosque verde y frondoso que tanto le gustaba.

La maestra entró al salón y dio inicio a la clase. Hoy tocaba aprender sobre las plantas: sus partes, sus funciones y sus tipos.

Buenos días, niños – dijo la maestra con alegría.

Buenos días, maestra – respondieron los niños al unísono.

Hoy vamos a aprender sobre las plantas – anunció la maestra mientras escribía en el pizarrón.

¡Qué bien! – exclamaron algunos niños entusiasmados.

¡Qué aburrido! – pensó Rosita mientras bostezaba.

La maestra empezó a explicar las características de las plantas: cómo se alimentan, cómo respiran, cómo crecen… Mientras tanto, Rosita miraba por la ventana y soñaba con estar en el bosque explorando sus secretos.

Capítulo 3: Rosita se pierde en el bosque.

Cuando sonó el timbre del recreo, todos los niños salieron corriendo al patio para jugar y merendar. Menos Rosita. Ella aprovechó que nadie estaba mirando para salir por la puerta trasera del salón y dirigirse al bosque.

Rosita pensó que sería divertido dar un paseo por el bosque sin que nadie se diera cuenta. Así podría ver animales salvajes, recoger flores bonitas y vivir aventuras fantásticas como las de sus cuentos favoritos.

Rosita entró al bosque sin miedo ni precaución. Se adentró cada vez más entre los árboles siguiendo un sendero estrecho y sinuoso. No llevaba reloj ni brújula ni mapa. Solo confiaba en su instinto.

Pronto se encontró rodeada de una naturaleza exuberante y misteriosa. Vio ardillas saltando entre las ramas, mariposas revoloteando entre las flores y pájaros cantando melodías dulces, Rosita se sintió feliz e intrigada.

Capítulo 4: Rosita se encuentra con un lobo.

Rosita siguió caminando por el bosque sin rumbo fijo. Se detenía de vez en cuando para observar algún animal o planta que le llamaba la atención. No se dio cuenta de que el sol estaba bajando y de que pronto se haría de noche.

De repente, escuchó un aullido escalofriante que le heló la sangre. Era el aullido de un lobo hambriento que había olfateado su presencia. Rosita sintió un miedo terrible y echó a correr buscando una salida.

Pero era demasiado tarde. El lobo la había visto y se lanzó tras ella con rapidez y ferocidad. Rosita gritó pidiendo ayuda, pero nadie la escuchó. El bosque se había vuelto oscuro y silencioso.

Rosita corrió todo lo que pudo, pero el lobo era más rápido y fuerte. La alcanzó y la derribó al suelo con sus garras. Rosita se quedó inmóvil esperando el fatal mordisco.

Capítulo 5: Rosita es rescatada.

Pero justo cuando el lobo iba a clavar sus colmillos en el cuello de Rosita, una flecha le atravesó el corazón. El lobo soltó un gemido y cayó muerto al lado de Rosita.

Rosita abrió los ojos y vio a un hombre vestido de verde que se acercaba a ella con una sonrisa amable. Era un cazador que había estado rondando por el bosque y que había oído los gritos de Rosita.

¿Estás bien, niña? – le preguntó el cazador mientras le tendía la mano.

Sí, gracias – respondió Rosita con voz temblorosa.

¿Qué hacías sola en el bosque? – le preguntó el cazador con curiosidad.

Me escapé de la escuela – confesó Rosita avergonzada.

Eso no está bien, niña. El bosque es peligroso para los niños. Podrías haberte perdido o encontrado con otros animales salvajes – le regañó el cazador con severidad.

Lo sé, lo siento – dijo Rosita arrepentida.

El cazador cogió a Rosita en brazos y la llevó hasta su caballo. La montó en la silla y luego subió él detrás. Le dijo que no se preocupara, que él la llevaría a casa sana y salva.

Rosita abrazó al cazador y le dio las gracias por haberla salvado del lobo. Luego miró al cielo estrellado y pensó en sus padres y su hermano. Se preguntó si estarían preocupados por ella o si habrían notado su ausencia.

Mensaje del cuento: Rosita se fuga de la escuela.

El cazador llegó a la casa de Rosita justo cuando sus padres estaban llamando a la policía para denunciar su desaparición. Al verla llegar sana y salva, sus padres se alegraron mucho y la abrazaron con fuerza.

El cazador les contó lo que había pasado: cómo encontró a Rosita en el bosque, cómo la salvó del lobo y cómo la trajo a casa.

Los padres de Rosita se quedaron horrorizados al saber lo que había hecho su hija. Le dieron las gracias al cazador por haberla rescatado y le ofrecieron una recompensa por su valentía.

Luego entraron en casa con Rosita y le dieron una buena reprimenda por haberse escapado de la escuela sin permiso ni aviso.

Rosita les pidió perdón llorando.

¿Qué aprendió Rosita?

Rosita aprendió una lección muy importante: que la escuela no es tan mala como ella pensaba y que el bosque no es tan bueno como ella creía. Aprendió que la escuela es un lugar donde puede aprender cosas útiles y divertidas, hacer amigos y estar segura. Y que el bosque es un lugar donde puede haber peligros y sorpresas, y donde debe ir acompañada y con cuidado.

Rosita también aprendió a valorar más a su familia y a respetar sus normas. Se dio cuenta de que sus padres la querían mucho y se preocupaban por ella. Y que su hermano era un buen amigo y un buen ejemplo.

Rosita prometió no volver a escaparse de la escuela ni del hogar. Y se propuso ser una niña más obediente, responsable y estudiosa.

Rosita se fuga de la escuela


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Julissa Chuctaya Cabrera

Hola! Soy Julissa. Fomentar la lectura en los niños es importante porque les ayuda a desarrollar habilidades lingüísticas, aumentar su vocabulario, estimular su imaginación y creatividad, mejorar su comprensión lectora y, en general, enriquecer su conocimiento y su capacidad de aprendizaje.
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