Cuentos Andinos

Toribio el cóndor que se convirtió en zorro Cuento Andino

Había una vez en el ande peruano, un zorro llamado Antonio y un cóndor llamado Toribio. Antonio era un zorro astuto y juguetón que siempre estaba buscando nuevas aventuras en el bosque, mientras que Toribio era un ave majestuosa y sabía que volaba por encima de los árboles, admirando todo lo que veía.

Un día, Toribio decidió que quería vivir para siempre en la tierra, junto a su amigo Antonio. Él sabía que los cóndores normalmente no podían vivir en la tierra por mucho tiempo, así que decidió buscar una solución. Después de mucho pensar, Toribio decidió que la única manera de lograr su objetivo era convertirse en un zorro, el animal que mejor conocía a Antonio.

Toribio habló con Antonio y le explicó su plan. Antonio estaba un poco sorprendido, pero feliz de tener a su amigo cóndor viviendo en la tierra. Entonces, Toribio comenzó a practicar su transformación, observando a los zorros y aprendiendo todo lo que podía sobre su comportamiento y su forma de moverse.

Finalmente, después de muchas semanas de práctica, Toribio logró transformarse en un zorro. A pesar de que era un poco torpe al principio, pronto aprendió a moverse como un zorro de verdad, y él y Antonio comenzaron a explorar el ande y la selva juntos.

Los dos amigos tuvieron muchas aventuras juntos como zorros. Corrían por el bosque, cazaban pequeñas presas y exploraban cuevas y arroyos. Antonio estaba muy contento de tener a Toribio con él todo el tiempo, y Toribio estaba feliz de haber encontrado una manera de vivir para siempre en la tierra.

Un día, mientras exploraban una cueva, Toribio encontró un raro cristal mágico. Él sabía que, si lo usaba correctamente, podría revertir su transformación y volver a ser un cóndor una vez más. Pero él no estaba seguro de si quería hacerlo, ya que estaba muy feliz de ser un zorro y de estar con su amigo Antonio.

Finalmente, después de pensarlo mucho, Toribio decidió que quería volver a ser un cóndor. Él sabía que extrañaría a su amigo zorro, pero también sabía que volar por encima de las andes era su verdadera pasión. Así que, con el cristal mágico en la garra, cerró los ojos y se concentró en su transformación.

Cuando Toribio abrió los ojos de nuevo, se encontró de vuelta en su forma de cóndor. Él levantó el vuelo, volando por encima de los árboles y admirando los andes y la selva desde arriba. Sin embargo, no había olvidado su tiempo como zorro, y todavía recordaba con cariño a su amigo Antonio.

Desde entonces, Toribio visitaba a Antonio de vez en cuando, aterrizando en el bosque para ver a su amigo zorro y recordar sus aventuras juntos. Y aunque ya no podían explorar la selva como dos zorros juntos, siempre recordarían su amistad y las aventuras que compartieron.

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Julissa Chuctaya Cabrera

Hola! Soy Julissa. Fomentar la lectura en los niños es importante porque les ayuda a desarrollar habilidades lingüísticas, aumentar su vocabulario, estimular su imaginación y creatividad, mejorar su comprensión lectora y, en general, enriquecer su conocimiento y su capacidad de aprendizaje.

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