Cuentos Largos

El lobo y el perro: una lección de honestidad

Cuento infantil: El lobo y el perro: una lección de honestidad

Capítulo 1: El lobo hambriento.

Había una vez un lobo que vivía en el bosque y que siempre tenía hambre. Le gustaba mucho la carne de oveja, pero no podía conseguirla porque las ovejas vivían en una granja cercana y estaban protegidas por un perro muy valiente y fiel.

El lobo pasaba muchas horas observando a las ovejas desde lejos, esperando una oportunidad para atacarlas. Pero el perro siempre estaba alerta y no dejaba que el lobo se acercara al rebaño.

El lobo se sentía frustrado y envidioso de las ovejas, que tenían comida abundante y un lugar seguro donde vivir. Él solo tenía su cueva fría y oscura y su estómago vacío.

Un día, el lobo decidió que tenía que hacer algo para cambiar su situación. Se propuso encontrar la forma de engañar al perro y a las ovejas para poder comerse alguna. Así comenzó a pensar en un plan.

Capítulo 2: El disfraz del lobo.

El lobo pensó que la mejor forma de acercarse a las ovejas sin levantar sospechas era disfrazarse de una de ellas. Así podría entrar en la granja sin que el perro lo detectara y elegir a su presa con calma.

Pero ¿cómo conseguir un disfraz de oveja? El lobo recordó que cerca de su cueva había un viejo espantapájaros con un sombrero de paja y un abrigo de lana. Tal vez podría usar ese abrigo para cubrirse el cuerpo y parecer una oveja.

El lobo fue corriendo hacia el espantapájaros y le quitó el abrigo con sus garras. Luego se lo puso sobre su pelaje gris y se miró en un charco. Se vio bastante convincente, aunque tenía que tener cuidado de esconder su cola y sus orejas.

El lobo se sintió muy orgulloso de su disfraz y se dirigió hacia la granja con paso firme. Estaba seguro de que nadie lo reconocería y que pronto tendría su ansiada cena.

Capítulo 3: La sorpresa del rebaño.

Las ovejas estaban tranquilamente pastando en el campo cuando vieron llegar a un extraño visitante. Era una oveja muy grande y peluda, con unos ojos brillantes y unos dientes afilados.

Las ovejas se quedaron mirando al recién llegado con curiosidad y desconfianza. No lo habían visto nunca antes ni sabían quién era ni qué quería.

El extraño se acercó al rebaño e intentó saludar con voz amable:

– Hola, amigas ovejas. Soy una nueva vecina que viene a conocerlas. ¿Puedo pastar con ustedes?

Las ovejas no sabían qué decir ni qué hacer. Algunas se alejaron asustadas, otras se quedaron quietas sin moverse, otras balaban nerviosas.

Pero entre todas ellas había una oveja muy lista e intuitiva, que se llamaba Lana. Lana observó al extraño con atención y notó algo raro en él. No olía como una oveja ni caminaba como una oveja ni hablaba como una oveja.

Lana tuvo entonces una sospecha terrible: ¿y si ese extraño no era una oveja sino el lobo disfrazado?

Capítulo 4: El aviso del perro.

Lana decidió comprobar si su sospecha era cierta. Se acercó al extraño con cautela y le preguntó:

– Disculpa, ¿cómo te llamas?

– Me llamo… eh… Ovelia -respondió el extraño con voz titubeante.

– Y dime, Ovelia -siguió preguntando Lana-, ¿de dónde vienes?

– Vengo de… eh… otra granja muy lejana -inventó el extraño con voz nerviosa.

– Ya veo -dijo Lana con fingida inocencia-. Y dime, Ovelia, ¿qué te gusta comer?

– Pues me gusta comer… eh… hierba -mintió el extraño con voz forzada.

– ¿Hierba? -repitió Lana con sorpresa-. ¿Solo hierba? ¿No te gusta nada más?

– Bueno, la verdad es que… -empezó a decir el extraño, pero se detuvo al darse cuenta de que estaba a punto de revelar su verdadera identidad.

Lana ya tenía suficientes pruebas para confirmar su sospecha. Ese extraño era el lobo disfrazado y había venido a comerse a las ovejas. Lana decidió actuar rápido y avisar al perro de la granja.

Lana empezó a balar fuerte y alto para llamar la atención del perro. El perro estaba durmiendo bajo un árbol, pero al oír los balidos se despertó y se levantó.

El perro miró hacia el rebaño y vio al extraño entre las ovejas. No lo reconoció como una oveja ni como un lobo, pero percibió que algo andaba mal.

El perro corrió hacia el rebaño para ver qué pasaba. Al acercarse, olfateó al extraño y descubrió su olor a lobo. También vio su cola y sus orejas que sobresalían del abrigo de lana.

El perro se dio cuenta de que ese extraño era el lobo disfrazado y se preparó para atacarlo.

Capítulo 5: La huida del lobo.

El lobo se asustó mucho al ver al perro acercarse. Sabía que su plan había fallado y que estaba en peligro. No tenía tiempo de quitarse el abrigo de lana ni de defenderse con sus garras y sus dientes.

El lobo solo pensó en escapar lo más rápido posible. Soltó el abrigo de lana y salió corriendo hacia el bosque.

Pero el perro no lo iba a dejar escapar tan fácilmente. El perro saltó sobre el lobo y le mordió la pata trasera. El lobo gritó de dolor y trató de zafarse del perro.

El lobo logró soltarse del perro y siguió corriendo cojeando hacia el bosque. El perro lo persiguió hasta que lo vio desaparecer entre los árboles.

El perro volvió entonces al rebaño para ver si las ovejas estaban bien. Las ovejas estaban todas sanas y salvas, gracias a la astucia de Lana y al valor del perro.

Las ovejas se alegraron mucho de haberse librado del lobo y le dieron las gracias al perro por protegerlas. El perro les dijo que no había nada que agradecer, que era su deber cuidarlas y que siempre estaría ahí para defenderlas.

El lobo llegó a su cueva herido y hambriento. Se arrepintió mucho de haber intentado engañar a las ovejas y al perro. Se prometió a sí mismo que nunca más volvería a hacerlo.

Mensaje del cuento El lobo y el perro: una lección de honestidad

No debemos intentar engañar a los demás para conseguir lo que queremos, porque tarde o temprano nos descubrirán y tendremos consecuencias negativas. Es mejor ser honestos y respetuosos con los demás, porque así nos ganaremos su confianza y su amistad.


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Julissa Chuctaya Cabrera

Hola! Soy Julissa. Fomentar la lectura en los niños es importante porque les ayuda a desarrollar habilidades lingüísticas, aumentar su vocabulario, estimular su imaginación y creatividad, mejorar su comprensión lectora y, en general, enriquecer su conocimiento y su capacidad de aprendizaje.
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